Dando una vuelta por calle Venezuela, veo la entrada a un comercio con un truño fallero. Y no estoy hablando del más común regalo en la puerta de la planta baja ni de la meada que lo acompaña. No, estoy hablando de una caca practicamente dentro del comercio.
¿Qué puede pasar por la cabeza de una persona que ve como su perro hace algo así y es incapaz de hacer nada?, ¿qué pensará, que lo limpie el comerciante?.
Hay cosas que escapan a mi entendimiento.
jueves, 22 de marzo de 2007
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