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Espero que la idea del señor Ramón Isidro Sanchis funcione, de todo corazón. Es realmente repugnante pasear por determinadas zonas de la ciudad. Y dichas zonas cada día se extienden más. Es como si la desaprensión de los dueños de perros sea contagiosa y todos empiecen a actuar de la misma manera.
Para ser sincero, no creo que la gente de esa calaña, la que deja las cacas en las aceras y jardines, sea capaz de darse el trabajo de agacharse para recoger los truños de sus chuchos. Si fuesen capaces de eso, o por lo menos tuviesen ganas de hacerlo, hace tiempo que hubiesen cogido cualquier bolsa vacía de supermercado para cumplir con su deber. Lo que el ayuntamiento debería hacer, es incrementar las denuncias por este motivo. Basta de acribillar a los conductores con fotos de radar, vehículos camuflados, incremento de agentes de tráfico, mientras otro tipo de infractores se libran de todo. En todo caso, es comprensible que no se quieran meter con los dueños de perros: son muchas personas que podrían votar en contra de ellos en las próximas elecciones en caso de ser presionados. Pero ese razonamiento, si es que existe, es falso. Si fuese cierto, los conductores denunciados (miles cada día), hubiesen derrumbado a cualquier candidato. Y eso no ocurre.
Por tanto, denunciad a los que embadurnan las calles de caca. No sólo por el factor estético, sino también por el sanitario. Y quién no pueda cumplir con su deber, con las mínimas normas de civismo, que no tenga perro. Que se compre un Tamagochi. No te fastidia.
¿Dónde habrá cagado el campeón?. Fijáos bien. Foto tomada en el antiguo cauce del Turia.
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