Este pensamiento, propio de quien se regocija en su propia estulticia, nos ha conducido a evitar las zonas verdes: pisarlas es sinónimo de salir embarrado por culpa de un mierdón asqueroso. Mejor dicho, por culpa de quién no tuvo ganas de cumplir con su deber. Aquí en las fotos os dejo un ejemplo de la falta del sentido del deber de estas dos personas: en ninguno de los casos recogieron las inmundicias de sus animales. Las dejaron en el suelo y a seguir camino.
Tener un jardín bajo la ventana se convierte en algo asqueroso y fuente de infecciones gracias a personas que carecen del sentido del respeto hacia sus vecinos. Sino que se lo pregunten a los que viven sobre esta zona ajardinada y tienen que soportar cada día el mal olor de las cacas y a las moscas que salen de ellas.
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