¿Crees que el próximo año el ayuntamiento denunciará con contundencia a los que no recogen las cacas de sus perros?

jueves, 22 de marzo de 2007

Lugares limpios.


Parece que para que los niños puedan correr con tranquilidad y pasearse por un sitio limpio, debemos llevarlos a sitios como el que os muestro, un centro comercial abierto, donde las aceras están impecables y los juegos limpios, sin pintadas. Vamos, un sitio agradable en el que te sientes a gusto paseando con los tuyos.
En lugares así podemos fantasear con que vivimos en una ciudad limpia, con aceras inmaculadas, jardines sin cacas y esquinas sin meados y dejar que nuestros niños corran a su aire, sin tener que decirles a cada instante "¡cuidado con las cacas!", ¡no pises los meados!.
Los que tengan negocios en los centros comerciales estarán frotándose las manos, pero, ¿alguna entidad ha cuantificado lo que dejan de ganar los comercios de la ciudad por la migración de los compradores por motivos de limpieza urbana?. Una encuesta al respecto podría dejar en evidencia que la falta de denuncias contra quienes ensucian las calles podría estar afectando economicamente a miles de familias que dependen del pequeño comercio.
Pues eso, las cacas de unos nos cuestan a todos. Pero a otros más.




Juan Bautista Porcar. Barrio de Torrefiel.

Frente a un colegio de educación primaria, en la calle Juan Bautista Porcar me encuentro esta asquerosidad a mi paso. ¿Y si por esa acera tuviese que pasar una persona en silla de ruedas o con un carrito de bebé?.
La gente guarra no tiene miramiento con el prójimo. Son unos auténticos egoístas, gentuza insolidaria incapaz de pensar en el resto de conciudadanos.
Pongamos freno a cosas así. Recordemos a los propietarios de perros que no recogen las heces de sus animales que su deber es hacerlo.


El sufrido comerciante.

Dando una vuelta por calle Venezuela, veo la entrada a un comercio con un truño fallero. Y no estoy hablando del más común regalo en la puerta de la planta baja ni de la meada que lo acompaña. No, estoy hablando de una caca practicamente dentro del comercio.
¿Qué puede pasar por la cabeza de una persona que ve como su perro hace algo así y es incapaz de hacer nada?, ¿qué pensará, que lo limpie el comerciante?.
Hay cosas que escapan a mi entendimiento.


No, no es cuestión de dinero. Es cuestión de EDUCACIÓN.

A veces, puede parecer que la limpieza de un barrio está relacionada con la capacidad económica de los vecinos. Y en muchos aspectos lo está. Y no quiero ahondar en ello, pero suele ser así, ya que normalmente la gente de mayores recursos económicos suele ser más limpia y cuidadosa con su entorno, tanto los mayores como los niños. Las zonas "pijas" suelen tener mejores fachadas, jardines más cuidados (o menos destrozados, según se mire) y aceras más limpias.
Pero hay una pequeña excepción: las cacas de perro.
Os dejo unas fotos de los alrededores de Jardines de Monforte.








El Jardín de las Cacas.

En la Av. Marconi de Valencia, donde desemboca la calle Quart de les Valls, hay una zona ajardinada muy espaciosa, que sería una bendición para los vecinos que tienen sus ventanas al lado sino fuese por la cantidad de caca que llena dicho jardín.
En cualquier sitio tener un jardín al lado es sinónimo de alegría, de buen rollito y tal, pero aquí no. Aquí no se aplica eso. Aquí tener un jardín al lado de la ventana significa tener que soportar olor a mierda las 24 horas, moscas y la desfachatez y chulería de algunos propietarios de perros.
Justo al lado de ese cagadero están las ventanas de las viviendas, que llegan hasta la planta baja de las fincas que rodean ese jardín. También hay una frutería, donde seguramente terminarán parándose las moscas que se hayan posado sobre los excrementos que los amos de esos perros dejan allí.
Uno de los vecinos de la zona, al verme allí y comentarle lo que hacía, me dijo que el Ayuntamiento puso una placa donde decía "Perros no" y que había que mantener limpia esa zona verde. Pero los propietarios de algunos chuchos, haciendo uso de algún extraño "derecho", cogieron la placa y la rompieron. Como quién dice, "si la prohibición no está, puedo hacer que mi perro cague aquí". Y tan felices.
La densidad de excrementos por metro cuadrado, visto desde cerca, es impresionante.