Y así sería, sino fuese porque el desdén por las normas y la higiene de la mayoría de propietarios de perros que salen a pasear por esta zona hacen que dicho antiguo cauce esté realmente sucio, con muchas cacas por aceras y jardines. También es frecuente observar perros sueltos, incluso de gran tamaño y peligrosidad, cosa que debería ser investigada con mucha diligencia por parte del ayuntamiento. El día que uno de esos perros ataque a un niño con graves consecuencias sería interesante que los padres del menor indaguen ante las autoridades el número de denuncias que el ayuntamiento impone por estos hechos. Puede que el número sea tan pequeño, para una falta tan extendida, que la posibilidad que esas averigüaciones deriven en una demanda contra el ayuntamiento son bastante altas. Y como las indemnizaciones, al fin y al cabo, las pagamos TODOS, con nuestros impuestos, rogamos desde aquí que se tomen las medidas oportunas para que nada de esto ocurra. Y es tan simple como denunciar a todos aquellos que pasean con perros sueltos. Nada de llamadas de atención. Multa y punto, que a los conductores nos hinchan a multas y no pasa nada.
La frecuencia de dichos comportamientos, totalmente faltos de civismo, debería ser tomada en cuenta por el ayuntamiento para prohibir definitivamente la presencia de perros en todos los tramos del antiguo cauce, así como en todas las áreas verdes de la ciudad, como los Jardines de Viveros, zona en la que las normas también son despreciadas por los propietarios de muchos de los perros que allí pasean.
Ya está bien de soportar esa clase de suciedad, que lo único que hace es empañar la imagen de la ciudad.
Y aunque no es tema principal de este blog, podemos apreciar por las imágenes, que las zonas verdes del antiguo cauce son aprovechadas por grupos de personas para jugar al fútbol, cosa que destroza los jardines.También se puede ver, paseando cualquier domingo, que la venta de cerveza a determinados colectivos es cosa frecuente. Si sólo fuese eso, quizás nadie diría nada, pero luego las latas y basura resultante del festorro, son dejadas en cualquier sitio menos en las papeleras, los cerveceros de turno no se cortan a la hora de tener que orinar junto a los árboles y otros dan rienda suelta a formas de expresión que luego nos cuesta pagar a los que pagamos impuestos. En otras palabras: la integración debería empezar por la educación. Dichos comportamientos han sido denunciados por distintos medios de comunicación valencianos e incluso ha habido alguna trifulca con la policía local. Un poco de orden, por favor.
Y en lo que respecta a las cacas en el antiguo cauce, a la vista de las pruebas y de la inmensa falta de respeto de los propietarios de los chuchos, hechos ampliamente conocidos por los responsables del ayuntamiento, ¿se plantea la prohibición de pasear perros en dichas zonas?, ¿o seguiremos mirando para otro lado?.
Es deber de todo aquel que quiera esta ciudad, que disfrute de ella, que quiera que sea una ciudad limpia, el denunciar situaciones como esta y hacer todo lo que esté en sus manos para que esta situación cambie.
Vistas las pruebas fotográficas, si alguna persona sigue pensando que no es cierto lo que aquí se expone, que se pase un domingo cualquiera a pasear con su familia por el Antiguo Cauce del Turia y que deje a sus niños sueltos por los jardines.
"Oiga, debería atar a su perro, es un Rotweiller y debería además llevar bozal". La respuesta: "Acaso le digo yo que ate a sus niños".
La estupidez de algunas personas llega hasta el límite de comparar a los niños con los perros. Así nos va:nuestra población envejece a pasos agigantados, camino hacia el caos gerontológico. Con el panorama que hay, espero que en el futuro los perros paguen nuestras pensiones.
