La total falta de vergüenza e impunidad de la gente que ensucia las calles con los excrementos de sus perros llega a límites extremos, por lo menos en Valencia.
En la foto vemos la entrada al colegio infantil Rafael Altamira un dia cualquiera. Muchas mañanas los niños de dicho colegio tienen que hacer malabares para entrar al cole sin pisar los excrementos de los chuchos del barrio. Y al salir para volver a casa otro tanto de lo mismo. Y todo por culpa de cuatro vecinos, que no se enteran o que no quieren enterarse de la inmundicia que ocasionan.
¿CÓMO SE LE PUEDE LLAMAR A QUIÉN ES CAPAZ DE HACER CAGAR A SU PERRO EN LA PUERTA DE UN COLEGIO INFANTIL DONDE VAN NIÑOS DE 3, 4 Y 5 AÑOS?.
¿CÓMO SE PUEDE LLAMAR A LAS AUTORIDADES QUE A SABIENDAS DE LO QUE OCURRE NO PONEN CARTAS EN EL ASUNTO E INSTRUYEN A LA POLICÍA LOCAL PARA QUE PONGA LAS CORRESPONDIENTES DENUNCIAS?.
Si alguien del Ayuntamiento dice que no lo sabían, que nadie había hecho una denuncia, aquí la tienen, con foto y todo.
Quizás sería ocasión para desviar recursos que se dilapidan multando a conductores, a motoristas, a los cuales se denuncia de forma patológica, a sabiendas que "se les puede pillar sin esfuerzo", en hacer que un equipo de la policía local de Valencia se dedique a denunciar de forma ejemplar a toda la panda de incivilizados que ensucian nuestra ciudad. Que en un cruce de semáforos veamos a tres o cuatro patrullas con media docena de agentes denunciando a personas por no llevar cinturón, por ejemplo, no dice nada bueno de la gestión municipal al respecto. También se debe denunciar al ciudadano de a pie si viola las ordenanzas municipales.
¿Quién hace más daño: el que no se ha puesto el cinturón o el que hace defecar a su perro en la puerta de un colegio infantil?
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